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jueves, 7 de abril de 2011

Han pasado 18 meses y los brotes se han podrido

          En Julio de 2009, una empresa de la cual soy socio pasaba por una época bastante mala, de hecho, en aquel momento pensábamos que era la peor época posible, cosa que el tiempo se ha encargado de desmentir. En aquella época, en un arranque de creatividad decidí enviar una carta al apartado de cartas al Director de del diario LA VANGUARDIA, a continuación os la adjunto por si queréis leerlo como salió en dicho diario, si clicais en la figura lo obtendréis en un tamaño leíble.




            El título que LA VANGUARDIA decidió ponerle fue "brotes a destiempo" aunque mi título original era "la gilipoyez de los brotes", también el texto lo cambiaron algo, pero fueron mucho más respetuosos que con mi título, a continuación os pongo el texto original que envié a LA VANGUARDIA


Hoy puede que haya visto eso de los brotes verdes, por fin he cobrado. Después de esperar más de un año, hoy he cobrado la mitad de una factura que en su momento cursé a un Ayuntamiento. Mi historia es muy sencilla y creo que muchos empresarios de pequeñas empresas la harán suya.

Hace más de un año mi empresa realizó unos trabajos para un Ayuntamiento de Catalunya, el montante total de los trabajos a realizar supondría el 15% de nuestra facturación del 2008, lo cual explicaba nuestra alegría en el momento en que se nos adjudicó la obra. La obra la realizamos, a plena satisfacción de nuestro cliente, o al menos así nos lo hizo saber numerosas veces, y aquí empezó nuestro drama.

Los días pasaban y nuestro cliente, el Ayuntamiento, no nos pagaba ni nos daba fecha alguna de pago, mientras, nosotros pagamos a nuestros proveedores, pagamos a nuestros trabajadores, pagamos la seguridad social, pagamos el IVA y el Ayuntamiento seguía sin pagar. Después de numerosas peticiones conseguimos que  nos dieran un documento de compromiso de pago de las facturas, con el cual, inocentes de nosotros, fuimos a hablar con los bancos para ver si podíamos hacer con esos documentos algo de dinero (antes era tan fácil), el resultado fue tan infructuoso como nuestras peticiones de pago al Ayuntamiento.

Mientras, pagamos nuestros seguros, nuestros costes indirectos e incluso pagamos nuestro impuesto de sociedades, ya que gracias a la obra del Ayuntamiento, teníamos beneficios. El resultado de todo lo explicado es que hemos llegado a pagar más de lo que nos adeudaba el Ayuntamiento, lo cual nos ha llevado a no disponer de dinero suficiente para nuestro trabajo, o lo que dicen los expertos, a tener tensiones de tesorería, y hacernos muy difícil nuestro día a día.

Hace una semana me llamó una persona del susodicho Ayuntamiento, me comunicó que tenía la intención de pagarnos algo más de la mitad de nuestros trabajos, ya que habían recibido un  “noseque”, mi respuesta fue un triste y resignado “gracias” y allí me quedé en mi coche, parado en un lateral de una carretera, mirando el teléfono, lamiéndome las heridas, pensando en los trabajadores que ya no estaban en la empresa, en los proyectos que abandonamos, llamé a mi socio y le dije “creo que ya he entendido eso de los brotes verdes, hemos cobrado algo del Ayuntamiento moroso”.


Gracias por el tiempo que me habéis dedicado.

juanjo

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